La mayoría de los mexicanos tenemos conocimiento de lo que es
la migración pero muy pocos los riesgos que conlleva el abandonar el
lugar de origen y emprender una travesía para llegar a un nuevo lugar,
región o País, que les permita conseguir para ellos y sus familias
oportunidades de desarrollo económico y profesional, además de acceso a
más bienes y servicios que les brinde una mejor calidad de vida.
Es en esta travesía y búsqueda de oportunidades en la que se
arriesgan a cruzar por lugares inhóspitos y peligrosos ocasionándoles en
muchos casos la muerte por deshidratación, insolación, hipotermia,
ahogamiento, entre otros. Sin embargo, estos no son los únicos riesgos
que los migrantes enfrentan, sino que además son presa fácil para el
crimen organizado que involucra tráfico de armas, drogas y órganos
aunados a la explotación laboral y sexual, conocida como Trata de
Personas.
En este sentido, son muchos los migrantes y connacionales nuestros
que día con día se arriesgan a cruzar la frontera norte para alcanzar el
“sueño americano”, y algunos de ellos, para no arriesgarse en el “cruce
fronterizo”, deciden contratar los servicios de personas que
supuestamente, les permita llegar de forma “segura” a los Estados
Unidos, País destino de los migrantes en el Continente Americano; esto
de manera ilegal, por lo que se “arreglan” económicamente con grupos
delictivos, conocidos como polleros, coyotes, pateros o balseros
dependiendo de las regiones donde se encuentren.
Cabe mencionar que esta actividad no es nueva. El ingresar a las
personas de forma ilegal hacia otro País y en particular a Estados
Unidos surge con más auge entre los años que median el fin de la Segunda
Guerra Mundial y la mitad de la década de los sesenta, en particular
con el término del Programa Bracero, fechas en las que se intensifica
la vigilancia fronteriza.
Actualmente las políticas migratorias en la frontera norte se han
endurecido cada vez más derivado de los atentados del 11 de septiembre
de 2001, lo que ha traído consigo además la aplicación de leyes
antiinmigrantes y masivas deportaciones en Estados Unidos de América,
provocando que aumentara de manera constante el uso y la importancia de
las actividades de coyotes y polleros en la vida de los migrantes.
En relación a lo anterior, los grupos delictivos como los polleros o coyotes han adoptado diversas formas de operación como la “evasión
burocrática”, que son los que proporcionan a los migrantes documentos
falsos como tarjetas de seguridad social e identificaciones irregulares,
situación que además de no darles los resultados esperados, dificulta
en gran medida la búsqueda por parte de las Embajadas y Consulados
Mexicanos cuando una persona se reporta desaparecida.
El segundo es el coyotaje de “cruce clandestino”, que se refiere a
las personas que fungen como guías en el cruce de la frontera y los
transporta de manera clandestina en el interior de Estados Unidos bajo
una promesa de trabajo muy bien remunerada.
Aunado a la problemática que esta actividad delictiva representa, la
falta de cultura de la denuncia y el desconocimiento de la sociedad
sobre qué hacer ante el abuso, secuestro o extorsión por parte de los
polleros o coyotes traen como consecuencia que esta actividad delictiva
siga en pie. Es por ello que el Gobierno Federal puso en marcha una
campaña de información y orientación al ciudadano que es víctima de este
delito con el lema “escucha, cuelga y llama al 088” esto en territorio Nacional.
Debemos sumar esfuerzos ciudadanía y gobierno para asegurar nuestro
bienestar y tranquilidad ya que con ello no sólo avanzamos en la
desarticulación de bandas criminales sino en la construcción de una
cultura ciudadana de la legalidad y la denuncia.
miércoles, 2 de enero de 2013
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